Señor: Me dirijo a Vd. en mi nombre y estoy seguro que representando a un significativo número de mis convecinos en Santibáñez de la Isla para hacerle llegar una fundada y legítima queja sobre la parte de responsabilidad que el Ayuntamiento tiene en la supresión (esperemos que momentánea) del RALLYSPRINT "ORILLAS DEL TUERTO", tanto como su INACCIÓN y FALTA DE APOYO PSICOLÓGICO y MATERIAL, a todas luces tibio e insuficiente, en otros importantes y mediáticos eventos que prestigian al municipio y a ambos pueblos que lo forman.
Mire, señor alcalde, en Santibáñez no somos mejores, ni más listos, ni más
dignos que nuestros hermanos de La Isla (que en términos coloquiales y no
ofensivos es así como conocemos a este pueblo hermano), pero en
Santibáñez nos dedicamos a sacar lo nuestro adelante sin fijarnos y sin
meternos en nada ajeno, a menos que nos pidan ayuda. Si en La Isla ajardinan o
no el ámbito del depósito del agua, o si el frontón está o no operativo y con
piedras o no en su pista, o si el campo de fútbol es una selva de genifros o
está patena (ojalá), es asunto suyo, allá ellos. A nosotros nos preocupa lo
nuestro procurando no entorpecer lo de nadie, salvo si nos asaltan. Pero me da
la impresión que en La Isla anda Vd. directa o indirectamente presionado y
empujado a la inacción (¿y puede que hasta al bloqueo?), ante lo cual en lugar
de ceder debiera empujar a sus convecinos a mejorar cuanto más mejor las muchas
obras y mejoras posibles que en La Isla tienen Vds. pendientes, a poco que
miren con una mínima perspectiva (por ejemplo, en esa praderita que hay por
arriba del puente en el barrio de San Martín y al ladito del río un bar con
terraza y vistas al río quedaría muy molón, ¿verdad?). Mejoren lo suyo y si nos
piden ayuda estén seguros que la tendrán, pero no permitan en el pueblo que las
"envidias tiñosas" (las no tiñosas son buenas y deseables)
siembren de chinchetas la ruta a rodar.
Permítame, señor alcalde, que le bosqueje una interesante radiografía
psicológica. Como psicólogo clínico y jurídico-forense que soy y porque en
tiempos ya remotos fui postulante a político (lo dejé por cansino y agotador, la verdad), sé que cuando alguien se dedica a la política por lo general suele
hacerlo en base a estas tres razones: Una, dedicarse al
servicio público, contrastable con "obras son amores"; dos,
darse uno un baño de legítimo narcisismo (a todos nos apetece ser adulados,
respetados, considerados, queridos...) y; tres, enriquecerse sin
arriesgar capital propio. Es obvio que esta tercera motivación queda descartada
porque si hubiera Vd. de vivir en nuestro municipio con el sueldo de alcalde
habría de hacerlo bajo el puente, para lo cual en Santibáñez también le prestaríamos
el nuestro y le llevaríamos buena comida. Quedan las otras dos razones, ambas
muy nobles, por las que Vd., Don Camilo (qué bonito, literario y oportuno
nombre para un alcalde), ha podido decidirse por el ejercicio de la política.
En tal caso, ¿no considera Vd. que todos los eventos, acontecimientos, actos
lúdicos, sociales, en fin, tan numerosas actividades y algunas de ellas de tan
notable calado mediático que se ofertan en Santibáñez no dotan de un
brillantísimo lustre al ejercicio de su cargo?. Si me remito al evento del 75º
aniversario de la "Cooperativa del campo San Blas", ¿sabe lo
bien que pintaba Vd. en medio de autoridades tan importantes como Vd. mismo,
señor alcalde?. Piénselo, Don Camilo (qué bonito, oportuno y literario nombre
para un alcalde) y sáquese de encima a los que con resentimiento y complejos de
inferioridad siembran de chinchetas la ruta a rodar para igualarnos por abajo
en dejadez, ruina y miseria. Quien suscribe está seguro que en La Isla como en
Santibáñez hay gente inteligente y sensible que entenderá que Vd. tome
decisiones equitativas y de justicia distributiva, las cuales antes que
restarle votos estoy seguro que como poco fidelizará los que siempre tuvo. Y en
cuanto a decisiones ya tomadas, ¿tan difícil es negociar y llegar a acuerdos?.
Negociar, negociar donde todos ganan y todos pierden. Bien, sobre el asunto del
repaso y/o rehabilitación de los caminos tras el paso de los bólidos, ¿cuesta
tanto imaginar que en Santibáñez estoy seguro que habrá gente dispuesta para en
hacendera dedicarse a ello?. ¿Cuesta imaginar esto?. ¡Pues mire que no se han
hecho de este modo en Santibáñez obras de colosal importancia, como
el actual parque y la zona polideportiva (muy mejorable, por cierto).
En fin, Don Camilo, Vd. conoce mi respeto por Vd. y espero que cuando me pille
con la bici por detrás de su casa siga "prevaricándome" invitándome
en su casa a un chupito de orujo y a un delicioso puro de cuando Vd. además de
ir a bodas también fumaba. En estos nuevos tiempos también podrá "prevaricarme"
todo lo que quiera, pero sólo con un chupito de orujo porque llevo varios años
también sin fumar, craso error el mío que nunca debí cometer, aunque no pienso
volver que es un vicio muy caro.
De verdad, señor alcalde, persona que como tal y como alcalde merece todos mis
destacables y sinceros respetos porque entre otras razones Vd. llegó a la
política para servir; haga un serio ejercicio de autocrítica y replantéese si
cuanto está ocurriendo es lo más noble y limpio que pudiera ocurrir. Valore
también lo que de verdad, tanto en el presente como en la posteridad va a dar
lustre a su cargo, siendo justos con La Isla, tanto como con Santibáñez,
faltaría más. Y como por dignidad y nobleza no puedo sino serle muy sincero, le
diré que yo estoy entre los que apoyan cualquier manifestación que reclame un trato digno para Santibáñez y para Santa María, pero esté seguro que será desde el más absoluto respeto a su
persona, como tal y como alcalde.
Sin otro particular, un cálido saludo de un mandado suyo
Nano Miguélez Castrillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario