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04 julio 2023

(₸X) ZOZOBRAS DE ENTRAÑA


AYER

Sobre el acantilado
a un paso del negro abismo
por un instante
el filo de la guadaña
lució su gélido brillo
y la sangre mutó en roja escarcha.

Ahora recuerdo
que no tuve ni un pensamiento
de amor o cementerio.

Las manos seguían obedeciendo
a las prisas de la noche
cuando el domingo cae
vencido y humillado
por retornos ansiosos
y cuán odiados.

Alguien en la sombra
debió ponderarme
como hombre cabal
y yo sólo puedo imaginarlo.
Ayer, ayer ...

Hoy siento amor y cementerio
oigo músicas
que recuerdan las coronas
sobre la que fue mi tumba.


DEMENCIA

Es la tarde rocosa, inexpugnable
encerrada en el olvido a sí misma
entre turbulentas aguas
belicosamente ingenuas.
Es todo cuanto puedo decir
ahora, turbado.

El azul del firmamento
bosteza rutina, asco, sueño.
Una gota de esperanza
enarbola un “free
ante el Dios gastado de la Cruz
con dulces fauces
de frustración profunda.

Remata el cuadro
un desgarrado espíritu
malgastando tinta
abanderando la sed colectiva
el temblor unánime de los heridos
el gentío de los “¿qué?”.

Es todo cuanto puedo decir
ahora, turbado
cuando la sombra huye derrotada
hacia lechos naranja
atrapados con frenesí
en el círculo “free”.

Es la esquizofrenia
frenia-esquizo-frenia
esquizo-esquizo-frenia-esquizo
frenia-esquizo.

El todo absoluto, demente.
Suena la sirena.

( Bcn, 1976. Revisada en octubre del 2002) 


ENTRE SOMBRAS TE HE VISTO

Lento como el año difícil
caminabas.

Aquella aventura
cortó el veneno dulce
que corría por tus manos
secas de tristeza
y de odio reprimido
por amor a quienes muy pronto
dejarías solos.

Tu madre sufrida y apenada
que siempre en discreto silencio
lloraba por tus dolores.

Afectado por la revolución
fracasada
por los amigos “traidores
seguías la vida con pasos lentos.

Tus hijos
alguno maduro y otros niños
fueron caramelo que succionaste
hasta el día final de tus días
cuyo sol iluminó
tu rostro sereno
aunque ya demacrado.

Hoy entre sombras te he visto ...

Bcn, sept. de 1975


LA NOSTALGIA, MI DUDA

Dicen que un día la luz se hizo.
Yo sólo siento la negrura
de los pasos sin luz
del vacío en tardes de recuerdo.

¿Serán las ausencias
si ni las ausencias encienden
este humedecido espíritu
caído en la rutina de caricias
a senos quizá apagados?.

Vivo en un vómito
y no es mi poema
de los muy tristes
ni siquiera melancólico
pues acabo de arrancar
besos apasionados
a la decadencia
de un transcurrir monótono.

¿Serán las ausencias
el eterno otoño de mi vida?.

Añoro lo vapores alcohólicos
de las frías Navidades
y los besos implorados.
Añoro ojos que hieran
como clavos de duda
a esos otros ojos
perdidos en tu espejo.
Añoro labios que yo haga míos.

Cada segundo que añoro
soy más duda.

Bcn, sept. de 1975


LOS DÍAS DE CARAMELO AMARGO

No entiendo de amor, amiga
porque la amargura transcurre
sobre los días muertos
como los pasos, anhelantes siempre
y siempre escépticos.

No siento para decirte
I NEED YOU
pero tu reliquia dulce
pule este corazón lacerado
con el que acaricio tu alma
en las mañanas silenciosas
plácidas.

Ya no hablo de ti a las palomas
ni la miel me endulza
ni mi piel rasga la zarza
ni sueño. No sueño
pues el vendaval arroja
este alcohólico espíritu
contra barreras humanas.

Hay algo que digo seguro:
NO SÉ.
No sé nada de nada
y nada siento.
Quiero irme, perderme ...

BCN, JUNIO DE 1975


AL DESPERTAR DE UN SUEÑO

Las piedras hieren
en el camino de las alambradas.
No sé, no sé. No siento.

Es difícil despertar
del no-sueño profundo
y penetrar como antes
en las mismas bellas flores
que dibujan el sendero
las primaverales mañanas
en la frescura
parcialmente ignorada
de las aguas del arroyo
salvaje, tempestuoso y tirano.

Cuántos amaneceres perdidos
por ser el propio amanecer
desconocido.
Cuántas revoluciones frustradas
cuántos poemas no escritos
cuántas piedras no admiradas
cuántos corazones dormidos
cuán dormido corazón
a los perfumes
por sentirse perfumado.

( 1976. Revisada en Bcn, noviembre de 2002)


UNA PASIÓN EN REQUIEM

Llegó -triste- la decadencia
cuando la flores nacían con fuerza
y las guitarras sobre la escena
sonaban con furia inusitada.

Todo eran visiones.
La noche y también el día
surgían en el centro
como ausencia dolorosa
a la que ya nos habíamos acostumbrado.
Los delirios colectivos
caían en el vacío
del ... así y todo nos amamos.
Nadie quería ver
aquel fin de tragedia.

La noche y también el día
gemían algunos “te quiero
quizá ahora fuesen de rigor.
Y sin embargo nadie ignora
que vamos a seguir soportándonos
para cuando la noche
y también el día
susurren otros “te quiero
éstos sí, rasgados con ardor
al son de neuróticas guitarras.

Y la gente comió
bebió y hasta se drogó
porque era la tragedia colectiva
quien llenaba aquel vacío.

Los versos diantres del Diantre Malaquías

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