Lejos, ondas argentinas
correrán silenciosas
hacia el ignoto beso eterno
entre el murmullo pensil
y amorosos susurros
del gigante Eolo
a la bella Oréade.
Todo duerme melancólico
sobre aquella ribera
donde ronronean las abejas
y juegan los enamorados
libando el jugo amoroso
de sus tiernos corazones.
Y cantarán los jilgueros
ufanos cánticos
perdidos en la densa hojarasca
de adolescentes acacias.
Ay, nítidas sombras
lechos de estivales siestas
¡cuánto lloro vuestra ausencia!
perdido como estoy
en el árido y gris desierto
de estructuras polifémicas
y ahogado en un mar de cemento.
BCN, SEPTIEMBRE DE 1975
Los Versos diantres del Diantre Malaquías.
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