UNA SOCIEDAD
COPRÓFAGA
El origen: Una dinámica electoral
filosectaria
Avanzaba el
siglo XXI y en las
sociedades occidentales, de modo particular en la
española, iba instaurándose un pernicioso dinamismo favorecido por un progresismo idiota y
causante principal del efecto llamada hacia movimientos migratorios
descontrolados, detrás de los cuales se ha ocultado a menudo un pútrido interés por captar
nuevos votantes de mirada torva e implacable dios; en un caso, y en el otro
exprimir el muy lucrativo e inmediato negocio con la mercancía redimida a buen
precio.
Durante un tiempo las elecciones en
estos países resultaban ser un festín de brillantes electores, con paga
partidista o sin ella, qué más daba; pero todos beodos de alegría por encumbrar ahí
arriba a tan ejemplares y entregados políticos (de quienes habremos de estar al
corriente de sus domicilios cuando aparquen la política para protegerlos de previsibles agresiones por parte de tantos fachas como dejó el franquismo), ante el enorme esfuerzo
humanitario y caritativo realizado por ellos para redimir a medio mundo, paralelo abajo o
meridiano a diestra (con perdón).
Pobres incautos sin paga asignada aun ejerciendo de 'algo' en política (voluntarios les llaman), cuán inmensa responsabilidad asumís con vuestro voto a políticos no
sólo de moral desalmada, sino también y en no pocos casos de cerebro
espongiforme, o sea bobos profundos, cuyo único mérito es tener tripas -más que
estómago- a prueba de reactor nuclear averiado.
Esa dinámica electoral filosectaria
está en el origen y es el germen de una sociedad envuelta en mierda y en trance
de tragarla a espuertas ante el abultado nivel comprometido en diversos y
abominables lances políticos que están transformando un país hasta hoy decente
en hediondo y vomitivo. Y tal es la peste emanada del muladar que allá donde los políticos meten la mano con intención de arreglar 'algo', acaban metiendo
la pata para empeorarlo a niveles difíciles de reconducir por cauces de una deseable normalidad, hasta alcanzar el remoto límite donde ya no es posible ni
lo 'peorable'. Se tome entonces por donde se tome y se coja por donde se coja,
este país huele y mucho a mierda, mierda.
La abundancia de heces y
excrementos se han multiplicado hasta casi llegar a desbordar el
muladar y para aliviarlo pretenden con engaños forzarnos a comer de él,
como a los niños cuando se les endilga una medicina acética como la
aspirina. Es así cómo esta dinámica de voto nos ha ido llevando a
una sociedad coprófaga en la que, a excepción de quienes viven de la
política y sobre todo de quienes se aprovechan de ella (sociópatas de tomo y
lomo, antes que inteligentes); los demás nos vemos obligados a comer la mierda depuesta (cagada, vamos) por esa ingente cantidad de votantes
comemierdas, los cuales no sacan ningún provecho material con su voto pero
sí nos llevan al resto a tragar con la ración pertinente, por las malas o las peores.
En demasiados casos (como para darles
credibilidad intelectual y moral a estos tipos), el sentido de estas
votaciones han tenido la única, mezquina e ínfima perspectiva de
obstaculizar el voto a los que han dado en calificar como extrema derecha
(Dios, cuánto fascismo y olor a mierda rezuman ellos y sin
enterarse).
Así pues es a la confusión de esas
supuestas mentes privilegiadas dedicadas a la política (a saber qué tienen en
la calavera) y a los que votan determinadas opciones presuntamente solidarias y
redentoras de la humanidad, en teoría de los nuestros, en un ejercicio no se sabe muy bien si de cinismo, intereses oscuros (de unos pocos) o estolidez tan desmesurada que resulta difícil de entender hasta por los más dotados; a quienes debemos estar fomentando la credibilidad en un mundo infame contrario a todos los principios de libertad y racionalidad de occidente que se nos viene encima sin remedio. En nada Alá será el
más grande por doquier y esta sociedad nuestra irá a la ruina si no reacciona pronto. Esas madrugadas sagradas instituidas para el sacrificio llegarán cargadas de previsibles degüellos, impíos yacentes en barcas repletas de cabezas decapitadas sobre ríos de sangre, cual religiosa ofrenda a un solo dios verdadero. Éste será el
milagro santo y seña de la única religión lícita y permitida en ese mundo de tinieblas que
está a punto de caer sobre nosotros.
Los adictos a la secta, saquen o no
provecho material de militar en ella y como si se tratara del “silencio
de los borregos”, tragarán mentiras oceánicas, nos mentirán con ellas también a los demás y hasta nos sodomizarán, militantes incluidos les venga o no en gana y contra su gusto en la mayoría de
quienes no militen. En fin, no hay tregua a los extraños e indigeribles
derroteros por los que nos meten y someten, según dicte el jefe y guía,
configurándose una sociedad tan apestosa como imposible es creer en su
existencia de no padecerlo en chichas propias.
La razón demolida
En alguna parte leí sobre la
“argentinización” de España; esto es, lo que sucede donde se haga cuanto se haga y como se haga siempre saldrán elegidos los mismos y ocurre cuando se votan
ideologías antes que ideas, reflejo descorazonador de la acechante “sectarización”
invasora.
Nuestra sociedad ha entrado en una fase de implantación forzada de
lo "woke", mejor expresado “bodoque” o filosofía vital de mentes hueras, con la implacable censura de cuanto no cuadra con su visión y la persecución de lo políticamente incorrecto. Vamos camino de la prohibición del pensamiento
libre, la imposición del modelo manipulado de ciencia, el señalamiento para instaurar la ausencia de reacción
por parte del pueblo avasallado y burlado hasta la iniquidad; frente a
atropellos como impuestos desorbitados con la patética excusa del cambio
climático y las nuevas tendencias en alimentación, respecto a lo cual hasta intentan hacernos creer que los pedos de las vacas son ponzoña para el planeta. Qué barbaridad y qué
barbarismo de mundo. Y ellos sí, ellos pueden comer de todo, en tanto a nosotros nos cuelan como supuestas delicias y productos respetuosos con
el clima ágapes de gusanos, dádiva de Billy Puertas. Es a estos monstruos
dedicados a los negocios y/o a la política a quienes debiéramos adscribir de modo irrenunciable a la obligada presunción de culpabilidad para ejercer
cualquier cargo, así sea sólo asomo de algo público.
Y mientras nos predican respeto por el planeta, se multiplican los teclados con las letras borradas y han de sustituirse tres veces al año, patinetes asesinos
difíciles de borrar de la faz de la tierra, artefactos diversos y abundantes, todos -llegado el caso- necesitados de un consumo excepcional de energía para reciclarlos, los cuales dicen
haberse inventado para cuidar la salud del planeta y atajar la crisis climática
(como ahora la llaman), eso sin entrar a detallar el consumo de combustibles fósiles en sus aviones particulares con los que hasta al baño van si les da la ventolera. Campesinos a quienes
obligan a vender el ganado, viéndose después en la obligación de abonar con
estiércol comprado porque sin ganado ya no tienen quien lo genere de modo natural y por
mucho compost que haya podido almacenarse nunca llegará para un pleno y eficaz estercolado.
Ganaderos que por la ley de bienestar animal han debido encarecer sus productos en el mercado de las carnes diversas y lo
seguirán haciendo.
¿Pero todavía hay quien no se haya dado cuenta de a dónde pretenden llevarnos?. ¿O tal vez no será éste el cansino tema con el cual persigan domarnos y llevarnos a su terreno como ovejitas luceras?.
Ministerios inútiles como el de "igual da" que
tanto da, cuyo único oficio es ocuparse en multiplicar géneros, sexos, especies de chufla, rechufla y cuchufleta, además de fomentar el sexo cambiante en cerebros menguantes.
Su grotesca existencia no ha pasado de tomar decisiones, una tras otra a cuál más estrafalaria, para troncharse uno de risa en dos mitades (claro, con la gente que lo ha ido poblando pues
no puede ser para menos). De la mayor parte de sus pobladores podría decirse lo de "aquellos polvos que debieron ser abortos, con toda la pinta de haber llegado al mundo por vía incorrectal; esto es, incorrecta por rectal" y -miren por dónde- hoy nos gobiernan, mundo cruel.
Es una intolerable verdad el señalamiento y apartamiento del
distinto, por más que éste doble en lucidez a quienes lo tilden de fascista y me
lo enrolen así por las bravas como miembro de la panfascista extrema
derecha; ignominia con la que los señaladores sí cargan a espuertas
y ni se enteran porque no saben ni escribir fascista, sólo lo berrean. Ellos sí
son auténticos fascistas. No hay ni creo que haya habido más beodos de
pensamiento único e ignorantes hasta la saturación que esa turba de grotescos e
irrisorios manifestantes en apoyo de Hamás, qué hilarante. Angelitos de Alá éstos e
imbéciles que no sabios aquéllos sus corifeos y sus lacayos.
Otro negocio cuando menos oscuro es el de los vividores con patera
propia, financiada por el estado en la declaración de la Renta, y las
ONG’s nido de traficantes de negros o asimilables, más inmorales unos y otros
que los habidos en pasados siglos, embarcando en el reparto del negocio gente por tramos, hasta el punto tal de haber construido una industria infame nada altruista como pretenden colarnos. Cuando en el resto de Europa empiezan a
poner cupos de extranjeros y no sólo los países de Visegrado, en España entran por arrobas y sin control alguno, convirtiendo a quien ose ir temprano a comprar el pan las madrugadas del domingo en un auténtico desafío a peligros reales, momentos de los cuales yo alguna vez ya tuve experiencias de
escalofrío, frente a esos bárbaros desatados acometiendo con todo lo que se cruzara en su
camino y con cualquiera que les recriminase (o no) -qué osadía- sus comportamientos.
No es caer en el error ni en el engaño reafirmar el acechante peligro cierto en los países con políticas blandas sobre estos viajantes sin escrúpulos, tan escasos de éstos como tienen sus transportadores e incluso menos, que ya es decir.
La prensa toda, la escrita, la hablada y
la visionada que esputa tonterías a granel, muy en particular sobre ese mundo
de bacterias, virus y análogos, todo según dicta la ciencia (¿qué ciencia?) y
nos predican los expertos, de haberlos en algún rincón del rigor más bien
ausente. El campo de la prensa lo constituyen además muchos y variados temas
sobre los que se lanzan con un riguroso furor 'cientifista' (o así) pues, como ya
se sabe, el periodista es aquel personaje que escribe sobre todo sin saber nada
sobre nada. Y vaya con la escandalosa implicación babosa en la que se 'refolcigaron' con la 'plandemia', qué partidismo más ruin e interesado (la pasta es la pasta) hasta llegar al insulto, pero claro, según Platón el insulto degrada a
quien lo profiere y enaltece a quien lo recibe (eso no parecen saberlo). En este experimento social
devenido en suceso de tragedia universal se vio la auténtica calaña de la
mayoría de la prensa y de bastantes secuaces que secundaron la mentira a cambio
de unas monedas.
Y aún nos falta por tratar el
dichoso fútbol y sus polémicas. Para empezar entraremos en
el inevitable
tema de los muy reales escándalos
arbitrales, como otra expresión más y mayor de la mierda circundante que ya casi
nos entierra. Los árbitros se han confabulado para defender la dignidad y la
honradez de su colectivo, pero sobre todo para proteger y resguardar sus
privilegios y generosos emolumentos alcanzados con trampas y engañifas, bien mangoneados de otra parte por esta sociedad asquerosa a la que también ellos pertenecen y contribuyen a su pestilente naturaleza. Qué peste.
Esos escándalos arbitrales que como
hienas malheridas o al olor de caza ajena tratan de tapar todas las falsedades
cuesten cuanto cuesten, o esa facilidad conferida por las autoridades
pertinentes para trocar y manipular lances, amonestaciones, tarjetas u otras
vicisitudes propias del juego. Véase la línea argumental del asunto. Si alguien se queja a un árbitro (con
razón mayor o no tanta, da igual) de haber sido pisado en un pie,
el árbitro de turno va y alega culpando al pisado que fue éste quien puso su
pie bajo el pie del pisador y además con la mala intención de pretender fingir
y burlar su autoridad, vaya a ser.
Quien esto escribe algo entiende de fútbol
y admite que ese club ya conocido de todos por ventajista y tramposo también
alcanzó grandes y justas victorias porque en sus filas militaba un prodigio de
futbolista. Pero así y todo en el colmo de lo burdo y sin asomo de un mínimo de
lucidez lo que estos zumbados mamarrachos han conseguido y siguen en ello es
manchar la brillante y -casi- impoluta trayectoria de este genio llamado Messi
(yo también, muy alejado como estoy por higiene mental de ese club fantoche, le
reconozco el portentoso mérito de ser el mejor futbolista de la historia).
Haber tenido adscrito a este mítico jugador en las filas de este equipo me
costará digerirlo, pero lo entiendo también -después de todo- como un lance
inteligente por parte de esta institución de enfermos, aunque en su muy limitada
inteligencia en no pocas veces a punto anduvieron de ensuciar sin remedio la
figura de esta celebridad y echar por la borda las justas bondades ganadas por
tal prodigio, muy bien venidas por cierto para mejorar la paranoica y
mediocre historia de un club siempre segundón.
En cuanto a la última maravilla
deportiva, esto es el fútbol femenino, vemos que se 'empoderan' haciendo ridículo
tras ridículo. No paran de darnos sobresaltos, uno tras otro, sin respirar
ellas ni dejarnos respirar a quienes las seguimos un ratín (mientras las
aguantemos), dado lo cual hemos de concluir una vez más que a estas muchachas no
les falta un hervor, les faltan muchos hervores y en caldera de matanza. Son ya
varias las ocasiones donde quedan con el culo al aire, para más escarnio de
esas tan reivindicativas jugadoras, pidiendo cobrar -qué osado horror- al nivel
de Messi o Cristiano Ronaldo (como si ellas generaran ingresos
remotamente comparables a los de este par de jugadores), en tanto al Vilda -so
machista o a saber qué- se lo llevan de lucero precisamente a Marruecos. Al
presidente de la RFEF ya habrían de haberlo largado hace tiempo, mucho antes
del tan irracional y sin sentido ni consentido affaire del ósculo del culo. Pues
no, van y lo hacen ahora en una patética ceremonia de caza de brujas y
traicionado por los 'pogresistas' que lo ascendieron al cielo y lo contuvieron ahí
arriba contra viento y marea en la tierra de aquí abajo. Pero qué peste, señor,
qué peste.
Irrupción de los indeseables en la
sociedad coprófaga
Y llega el emético turno de estos
indeseables y patéticos supremacistas de la deplorable Catalunya (no sé muy bien qué se verán aparte de la
mierda expelida, aunque con muchos euros atracados, claro). Si por algo destaca este lugar es por el elevado número de enajenados
mentales donde sobresalen historiadores capaces de retorcer la Historia y
convertirla en risible al darle cuna al mismo Shakespeare en Mollerusa y a
Santa Teresa meterla de centrodelantera del F.C.Barcelona femenino. No sigo
porque la risa puede provocarme tendinitis hasta en las orejas.
Claman por otra
parte en busca de apoyos internacionales ridículos y contranatura para
enmascarar su perfil de auténticos racistas excluyentes,
convencidos de ser raza superior (no se sabe a cuál debieran pertenecer de tan alta alcurnia), cuyo
objeto es enjabonar y blanquear su integrismo supremacista con un victimismo
que ni los integristas prosarracenos de los angelicos de Hamás mejorarían en
dramaturgia. Me producen vómitos y a la intelectualidad que los comprende y
sustenta, tal vez por no ofender a alguno de los descarriados aún
capaces de aportarme algo interesante en la vida, les conminaría a
hacer una honda reflexión sobre si saben a dónde nos están llevando con su
descarriado voto. Para rematar la devastación democrática, la amnistía ha
venido a significar como una bomba dispuesta en la sala de estar de
la España pacífica, con la sombría consecuencia de un inconmensurable deterioro
de la libertad y por ende de la democracia en general.
Sinceramente, empiezo a pensar y sentir
que lo más saludable sería largar a estos indeseables de nuestras vidas y cuanto
más lejos mejor. Todos perderemos pero ellos mucho más y si lo dudan pueden probarlo, a ver cuánto resisten sin rendirse a sus opresores. De verdad, me
conocéis y sabéis de mis ideas, pero creo que la salud mental de los más
normales nos exige alejarnos de esta peste. Que se vayan de una puta vez. Que se
vayan. No sé si serviría de mucho porque llegado el caso nos vendrían con la
cantinela del "no nos quieren". Son inaguantables, por Dios. Y ojo, tomad nota los que seguís votando con la fatua excusa del mal menor a quienes favorecen
esta sinrazón con sus políticas falsarias, pues lo que menos les importa es
la ciudadanía. Echémoslos.
Lo siento porque a más de la mitad de los catalanes
yo no los quisiera fuera de mi vida, pero los avecindados de inestable azotea ya han hecho del sitio
donde pisan un lugar irrespirable. En cuanto a mí, ha llegado la hora de replantearme la existencia en el más amplio sentido de la misma, sin verme obligado a tener
cerca a estos descerebrados y que ni huelan céntimos de euro de mis
impuestos (cuantiosos en número y algunos duplicados, corregidos y aumentados), los
cuales por otra parte no son impuestos, son atracos constitutivos de una avariciosa sobrecarga recaudadora. Saqueadores para enorgullecerse con ellos el mismísimo
Alí Babá. Qué asco.
Tómese el agua como ejemplo inicial de
esa desfachatez impositiva. El precio ha subido como la espuma en una lavadora
sin ropa y con tres botellas de jabón de Marsella. Se ha disparado tanto como
para tomar la calle y levantarnos contra atracos tan descarados. Pero no ha
acabado ahí el atropello y en el detalle de la factura denominado “reciclaje
de residuos” nos han colado una duplicidad de conceptos,
siendo al principio uno solo y a secas, “reciclaje de residuos” donde
se incluía el amplio espectro conceptual del asunto, para ahora añadirle ese
otro concepto de “reciclaje interior” (tratamiento de residuos
interiores, dado por comprendido -supongo- en las facturas precedentes) al que
asignan una cantidad casi idéntica a la que venía en las antiguas facturas por un único
concepto de reciclaje, o sea, han duplicado el tema por su jeta de piedra
pómez.
Otro impuesto que clama al cielo en la
gloriosa Catalunya es un impuesto -por la jeró- de matiz ecológico o
medioambiental (mejor lo nombraremos impuesto del CO2 a los coches), cuyo montante oscila entre 20 y más de 100 € al año. Constituye un auténtico atraco sacado de la chistera del pago de favores y perpetrado a través
de “su” Agencia Tributaria particular, cobrado aparte por tal Agencia para
gloria y premio guarro del gobierno del muy honorable baboso que a noviembre del
2023 regía los destinos de este pueblo con demasiadas cabezas cual azoteas
agrietadas y con goteras.
Para ir finalizando el pérfido perfil de
esta sociedad coprófaga y en un alarde de erudición tan presunta como
presuntuosa, trataré de determinar con detalle una novedosa locución
psicopatológica de mi cosecha a la que he denominado "el efecto
borreguil" y de la cual espero sea acuñada en los términos
exactos aquí expresados, señalando como autor a quien esto suscribe. Pues
bien, tal locución cosiste en que cuando el verraco jefe de la manada berrea
una proclama el resto de los puercos de la piara la repiten acompañándose de
una cantinela muy parecida a la utilizada tiempo ha, cuando aprendíamos la tabla de
multiplicar. Algunos de estos cantores de la proclama están pagados e incluso
muy bien pagados para lo que hacen, en cuyo caso la asistencia al coro está muy
justificada, pero el resto, la inmensa mayoría lo hacen única y exclusivamente
por el gusto cantor de expandir gratis su borreguil condición 'pogresista'.
Otro suceso en esta línea
borreguil volvió a ocurrir en Montjuic el 28-10-23, cuando tuvo lugar el
clásico o como lo llamen. Terreno virgen de puta madre, plátano en mano y
aspavientos de macaco. Dónde si no, vivero de lo Negreira, oscureira,
marraneira y los bobos (auténticos o postizos, que de todo hay) ni se enteiran.
Lean y tomen muy en serio este escrito.
Cuando el efecto borreguil se masca, bien en unas gradas de campo de fútbol,
bien en un programa de radio y/o televisión o discutiendo con el vecino y
alguien del rebaño dice beeeeh, detrás aparecerán miles y hasta millones de
beeeeh’s con el consecuente resultado de haberle roto a Vinicius o
a cualquier otro una rodilla e incluso matarlo y acusarlo a él de
provocador por tener rodilla, qué morro, o hasta de tener la osadía de vivir.
Y detrás de todo esto no está el acusado
como víctima protagonista, sino aquéllos siempre ofendiditos aún después de
haberse gastado millones de € para untar a árbitros, con el fin de amañar la competición
o quizá solamente para que los del silbato vayan bien vestiditos por la vida. Qué gusto y cuánta
donosura por parte de esa asociación futbolera infectada de majaras con simples
hechuras al mando de un algoritmo del tipo "más que un club" (o tal vez
ni eso ) y no de una entidad deportiva. Por supuesto, no se extrañe nadie de
ver cómo puede llegar a ocurrir esto con mayor virulencia allí donde
probablemente tengamos entre nosotros el manicomio a cielo abierto más grande de Europa,
el predio y vivero de lo Negreira. Estamos a un tris de caer en unos
extremos con el peligro cierto de suceder algo muy grave y en aplicación del
efecto borreguil valdrá la excusa de no matar al mensajero que incitó al
espectador más simio a berrear el primer beeeeeh y otros subterfugios evasivos
que en verdad ya fieden.
En una sociedad así, unos más y otros no
tanto, nos tocará ser partícipes obligados del banquete de la
mierda, pues aunque nos rebelemos alguna nos tocará tragar. Sin embargo algunos no la probarán con cuentagotas, sino que se la tragarán a
espuertas, pregonarán su dicha y privilegiada vida a los cuatro, cinco o seis
vientos y para remate volverán dichosos a votar en insufribles elecciones que
estos comemierdas (los que no cobran de un partido pero lo votan en lugar de
botarlo) han instituido y plantado en nuestras vidas como la más indigesta de
las repúblicas bananeras, con capital en cuídate de su mierda, si puedes.
¿Y si fuera cierto que tanto Catalunya
como el País Vasco no pudieran pagar sus pensiones sin la solidaridad
mancomunada por ley del resto de regiones españolas?. Y si eso fuera verdad,
¿dónde queda esa solidaridad y empatía con quienes nos ha tocado la china
de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado?. No sé si me podré
creer que se nos haya querido algo.
Como colofón de este escrito les hablaré sobre los desastres de películas, series, programas televisivos o de
plataformas diversas que ya no divierten ni a las ovejas. El "woquismo" puro y duro como la mierda del estreñido. Se dirá y con razón que lo
mío son planteamientos de viejo caduco o cuando menos pureta. Pues sí y
me alegro porque con esta actitud estoy pasando a buen recaudo las ganas de
seguir viviendo en un mundo de inmensa mediocridad, tanta como para
superar con creces el muladar de mierda generado por esta sociedad ya coprófaga que dejaré atrás con mi muerte. Bendita muerte.
FIN